10 meses en barrica de roble. Una explosión de grosellas rojas y negras junto a cereza proporciona un vino sorprendentemente frutal. Conseguimos este sabor gracias a unos suelos frescos y arenosos y la buena maceración pre-fermentativa. Con paciencia, hemos utilizado durante nueve meses una barrica que no marca el vino sino que sólo ayuda a resaltar su carácter frutal. Logramos que le acompañen sutiles notas de cacao y flores silvestres.
Tras un tiempo en la copa observamos sus tonos rubí y aparecen los toques más dulces del vino a caramelo y a flor de vainilla.
En boca es ágil, untuoso y de trago largo, pero con el carácter marcado por una variedad única como es la Tinta de Toro.
Los recuerdos de fruta madura en mermelada vuelven para permanecer en la boca largo tiempo.